OBJETIVOS DEL CONGRESO

- “el hispanismo es una posición espiritual, una elección de lo hispánico como objeto de nuestro trabajo y también de nuestro entusiasmo, de nuestra ardiente devoción”

En el discurso de bienvenida que pronuncia Dámaso Alonso, durante la celebración del II Congreso Internacional de Hispanistas, en Nimega, señala que: “el hispanismo es una posición espiritual, una elección de lo hispánico como objeto de nuestro trabajo y también de nuestro entusiasmo, de nuestra ardiente devoción”, optando por el estudio de las lenguas, literaturas y culturas hispánicas como elementos de la profesión o dedicación. Este entusiasmo aparece en determinados intelectuales de la frontera sur de España (Marruecos, Argelia y Túnez), quienes durante décadas han venido demostrando este apasionamiento por la lengua de Cervantes y por la cultura española no ya solo como elementos de estudio (investigación, historia, antropología, etc.), sino como elementos creativos (cuento, novela y poesía), habiéndose generado una cantidad considerable de textos, ensayos o artículos, en español, que hasta ahora se encontraban dispersos en diferentes espacios universitarios, académicos, culturales o particulares, siendo en muchos casos difícil el acceso a los mismos para el estudioso o investigador.

En el emplazamiento de la frontera sur, que ha constituido secularmente un lugar de espacios e historias comunes, el español posee una posición privilegiada al convertirse en lengua compartida por diferentes culturas. Esto lleva a la eclosión de un territorio creativo híbrido y mestizado de lo hispanoandalusí, de lo marroquí y de lo sefardí. Allí se produce el fenómeno de la lengua fronteriza, desde el encuentro continuo de religiones, creencias, culturas y lenguas, alcanzándose un sincretismo que ofrece al escritor un marco de incomparable valor que muchos autores han sabido llevar a sus obras y que eclosiona en un proceso continuo de biculturalismo/bilingüismo. El continuum de las relaciones existentes durante la historia común compartida entre España y el norte de África, las sucesivas diásporas de sefardíes, andalusíes y moriscos a Marruecos, Argelia y Túnez, los flujos migratorios en ambos sentidos y la decisiva influencia del Protectorado durante la época colonial española convierten a las variantes del español existente en esa región en un idioma que, en ningún caso, significa lengua ajena, al contrario, va a suponer la afirmación de una identidad reivindicada frente a los procesos de influencia árabe y afrancesamiento y que se reconoce en la tradición hispanoandalusí que ha venido dejando sus señas de filiación tanto en la oralidad propia de la región como en la literatura escrita.

- puente de unión entre pensadores e intelectuales de las diferentes orillas con el objetivo de seguir estableciendo lazos de comunicación

El siglo XX y el recién estrenado siglo XXI han sido protagonistas de uno de los acontecimientos literarios más extraordinarios desarrollados en el ámbito de la Literatura Española, como es el nacimiento en el norte de África (Marruecos, Argelia y Túnez) y algunas zonas subsaharianas (Guinea, Camerún y Mauritania) de una neoliteratura llevada a cabo por autores de origen magrebí y cuya lengua de creación directa y sin traducción es el español, de tal manera que lo “hispánico” se transforma en un elemento diferenciador, una afirmación de la mismidad en un grupo social amplio que se considera heredero y depositario de la cultura andalusí que se dispersó desde al-Ándalus por todo el Mediterráneo y el norte de África.

Esto lleva a la denominada “magrebidad” del español o sincretización de la lengua de Cervantes en la obra creativa de los autores norteafricanos: “una escritura que, por hispánica, no deja de ser magrebí, de contenido árabe o arabizado, actual, inquieta e incluso lingüísticamente dialéctica”, tal y como señaló Rodolfo Gil Grimau, y cuyo estudio y análisis es preciso seguir vindicando a través del encuentro de escritores e investigadores, de tal manera que se siga consolidando el puente que afiance las relaciones entre las orillas hermanas y que propicie el conocimiento; y, de allí, el entendimiento entre poblaciones vecinas que nunca debieron aceptar transitar de espaldas un recorrido que la historia llama a compartir cara a cara y hasta incluso abrazados.

A todo ello debe y ha de contribuir el presente congreso internacional que se concibe como lugar común de encuentro, puente de unión entre pensadores e intelectuales de las diferentes orillas con el objetivo de seguir estableciendo lazos de comunicación, a partir de la lengua germinativa de Cervantes, para acceder, desde las puertas de la geografía a los bibènes del corazón de sus habitantes, transformando la frontera física, política o mental en calle del agua, en FRONTERA LÍQUIDA.